Viernes 14 de marzo de 2008
De cada $100 recaudados por el Estado, bajaron de $15 en 1989 a $8 en 2007:
Los impuestos a combustibles y de timbres redujeron su importancia fiscal en 18 años
El Gobierno tramita en el Congreso una menor tasa para ambos gravámenes.
EDUARDO OLIVARES C.
La estructura tributaria para el fisco cambió sustancialmente en 18 años. Eso ocurrió especialmente para dos impuestos que el Gobierno está intentando rebajar mediante un proyecto de ley en trámite: el de los combustibles (a las gasolinas) y el de los actos jurídicos (específicamente el de timbres y estampillas).
Desde el punto de vista fiscal, no obstante, ambos redujeron su peso sobre el total de la recaudación fiscal a la mitad en un lapso de 18 años.
Los registros más antiguos para consignar una base de datos parten en 1989.
En ese entonces, el impuesto específico a los combustibles representaba $7,5 de cada $100 que le entraban al Estado por ingresos tributarios. El de actos jurídicos eran $8,2. En total, $15 de cada $100. En 2007, la suma de ambos llegó a sólo ocho de cada cien pesos.
Según un economista consultado, esto demuestra que la existencia de los dos gravámenes no es gravitante para la recaudación fiscal, máxime con los beneficios permanentes de la bonanza transitoria del cobre. Y eso que tales impuestos tenían tasas más bajas en 1989 que a lo que llegaron ahora, tras sucesivas alzas aplicadas en las administraciones de la Concertación.
Pero si el peso de estos tributos en el total de la recaudación fiscal disminuyó, ¿qué otro impuesto aumentó el suyo?
Siempre la estrella había sido el IVA. Ya en 1989 representaba del orden del 46%, y siempre estuvo en un rango algo inferior al 50%. Pero el boom del cobre lo hizo cambiar: en 2007, por primera vez desde que hay registros, el Impuesto a la Renta pasó a la delantera como el cobro más relevante: si en 1989 concentraba el 18%, el año pasado llegó al 45%. El salto responde principalmente a la tributación de la minería privada.
El que cayó más fuertemente fue el de comercio exterior (desde 15 a 2% en el período), por los acuerdos comerciales que han ido dejando en menos de 2% el arancel efectivo del país.
‡ ¿Gravar más el consumo?
Algunos expertos, como Ramón Delpiano (Fundación Jaime Guzmán) y Guillermo Pattillo (U. de Santiago), proponen aumentar la tasa del IVA, y así gravar más el consumo, y disminuirlo para la inversión, que permite más crecimiento y empleo.
Delpiano plantea que el IVA es más eficiente de recaudar. Para evitar que sea regresivo -es decir, que afecte a los más pobres-, propone devolverles en dinero el porcentaje que éstos destinen al consumo. Según sus cálculos, el costo anual del fisco para destinar ello al 40% más pobre de la población está en torno de los US$900 millones.
‡ Inflación
Si el Gobierno hubiese eliminado el impuesto a la gasolina hace un año, utilizando además el subsidio al precio del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (Fepc), y evitando con ello los efectos de segunda vuelta, la inflación anual no estaría en torno de 8%, como ahora, sino en casi cuatro puntos menos. "Es decir, muy cerca de la parte alta del rango de tolerancia de la meta inflacionaria del Banco Central", plantea el economista Alejandro Alarcón, gerente general de la Asociación de Bancos y autor de estos cálculos. "Esto confirma que el alto IPC se debe a un shock de oferta", sostiene
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