Domingo 20 de julio de 2008
El viaje de Piñera tras bambalinas
Estudia rigurosamente cada noche, escribe una especie de bitácora con lo mejor de cada cita y memoriza. La idea es no conversar generalidades, sino entrar de inmediato a temas de fondo.
Cómo saludó, qué dijo, cómo organizó la reunión, cuáles fueron sus mejores frases. De todo esto y más tomó nota Sebastián Piñera apenas regresó a su hotel, el Club El Nogal, tras reunirse con el Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, en Bogotá. Y lo hizo como cada noche, sagradamente, en un cuaderno tipo bitácora de viaje que él mismo escribe y luego estudia subrayando con su bic rojo y una regla. "Eso lo memorizo instantáneamente", ha dicho a sus cercanos.
Y aunque el día sea duro se da tiempo cada noche para conversar durante 30 minutos con sus acompañantes -los senadores Alberto Espina y Andrés Allamand- para evaluar el día y organizar cada paso de las citas que vendrán.
En las reuniones con presidentes de la República, cada senador y el propio Piñera cumplen un papel claro e inamovible.
Apenas ingresan a la sala, el candidato presidencial toma la palabra y tras saludar comienza a preguntar con un orden preestablecido. Primero, sobre las relaciones bilaterales entre el país que visita y Chile; luego, acerca de la relación de esa nación con sus vecinos; y más tarde, sobre política interna del lugar donde está.
Todos estos temas ya han sido estudiados rigurosamente por el empresario -en esta gira viajó con dos carpetas rojas de más de 100 hojas cada una con información de Colombia y Ecuador, respectivamente-, quien incluso aporta con cifras que ya se aprendió y que maneja al dedillo. "Antes de viajar, se leyó completos los programas de gobierno de ambos Presidentes, Álvaro Uribe en Colombia, y Rafael Correa, en Ecuador, quienes quedaron impresionados con su manejo", cuenta Espina.
Luego, cuando el anfitrión del encuentro pregunta por la situación política de Chile es el turno del propio Espina, quien da cuenta de la evolución del Gobierno de Bachelet, las últimas encuestas presidenciales y las fortalezas de Piñera para ser el eventual próximo Presidente de Chile. Luego, es el turno de la economía, donde Allamand se da tiempo para desarrollar el tema energético.
Apenas salen de la sala y antes de hablar con la prensa, el grupo se da un minuto para evaluar. "¡Estuviste brillante, Sebastián!", le dijo, por ejemplo, un entusiasta Espina a Piñera tras la reunión de una hora y 38 minutos con el Presidente de Ecuador, Rafael Correa. "Gracias, Alberto Espina", le respondió en broma el candidato.
La idea, explica el propio empresario, es demostrar conocimiento total de los temas y aprovechar las reuniones de alto nivel no para hablar generalidades, sino para entrar al fondo de los asuntos de cada país. "Son citas dirigidas a la acción, a la solución y no a decir sólo que somos países hermanos", dice a El Mercurio.
Su preocupación es tal, que el día en que iba a recorrer el Transmilenio llamó a las 8 horas al gerente general del sistema bogotano para preguntarle dudas concretas. Además, el abanderado se preocupa personalmente de los detalles, como fotos o grabaciones para televisión. Es él quien ordena cuándo y cómo, y elige los lugares y poses como quiere ser mostrado.
Los dividendos, según Espina
Según el senador Espina, la delegación tuvo sólo ganancias. "La recepción para Piñera fue al más alto nivel en ambos países, lo que indica que se lo considera a nivel internacional con una alta probabilidad de ser el próximo Presidente de Chile. Al darle ese estatus, pudieron abordar de forma franca los temas de Estado", explica.
Con este viaje, además, "se rompe el mito de que las relaciones internacionales son monopolio de la izquierda, en general, y de la Concertación, en particular", agrega.
Otro de los plus para el candidato, según el coordinador político de su equipo, es que reveló su capacidad de entrevistarse con dos Presidentes de diferente tendencia política y de estrechar lazos incluso con aquellos con quienes tiene menos coincidencia ideológica (en este caso, Correa, de Ecuador).
"Además, evidenció que es capaz de profundizar las relaciones con Latinoamérica", agrega.
Y lo más importante, a juicio de Espina: Piñera demostró su sencillez y ganas de aprender.
Curso por inmersión
Una oportunidad única tuvo el empresario al acompañar al Presidente colombiano a un consejo comunitario sobre seguridad ciudadana en Neiva. "Uribe escucha a la comunidad, consulta a los responsables sobre los errores y, de inmediato, ofrece soluciones. Es ejecutivo, se hace cargo personalmente de los temas que le importan y eso le gustó a Piñera, porque él es igual de diligente". Espina asegura que las cifras colombianas son un ejemplo a seguir: los delitos de mayor connotación social disminuyeron en 50% en los últimos cuatro años y piensan bajarlos en 20% más en los siguientes dos años. En Chile, en cambio, la meta es apenas disminuirlos en 10% de aquí a 2010".
El empresario conoció otras políticas públicas para superar la pobreza, donde es fundamental la colaboración mutua entre el Estado y el sector privado.
Una sola queja de Espina al terminar el viaje: "Durante las reuniones con los Presidentes nunca hicimos ni una sola crítica a los gobiernos de la Concertación ni al de Bachelet, en particular. Por eso, nos pareció chocante que mientras Piñera hacía política de Estado en sus relaciones internacionales, acá en Chile la Presidenta dijera que ella no está 'para entregarle la banda a Piñera'. La Concertación se equivoca y la Mandataria también si creen que la banda se entrega por decisión de ella, es por decisión del pueblo. La frase de la Presidenta es una notificación de la intervención electoral que vendrá. Es de una pequeñez enorme que esté preocupada de que Piñera no gane en vez de resolver los problemas del país".
Piñera se preocupa personalmente de los detalles, como fotos o grabaciones para televisión. Es él quien ordena cuándo y cómo, y elige los lugares y poses en las que quiere ser mostrado
martes, 22 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario