Editorial El Mercurio, Domingo 30 de septiembre de 2007
El Presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha asegurado que su gobierno es diferente del de Chávez, pese a registrarse numerosas declaraciones de mutuas coincidencias y a un alineamiento internacional de ambos regímenes que los aleja de las democracias más consolidadas de la región y, en cambio, los acerca a su dictadura más notoria, la cubana.Nuevas razones se presentan ahora para dudar de tal diferenciación, pues Correa ha emprendido un camino alarmantemente coincidente con el de Chávez en dirección a coartar la libertad de expresión en su país. Se recordará que este último negó en mayo pasado la renovación de la concesión a la cadena privada RCTV, opositora a su gobierno, a pretexto de que años atrás habría cohonestado un golpe de Estado. En Ecuador, también Correa amenaza con revocar la concesión de la opositora emisora privada Teleamazonas, aduciendo que ella está envuelta en una conspiración para poner término a su gobierno y que su propietario, el empresario Fidel Egas, es accionista mayoritario del Banco Pichincha. Pero el Consejo Nacional de Radio y Televisión del Ecuador ha fallado que no hay incompatibilidad entre ambas condiciones de Egas.También, al igual que Chávez, que fundó una televisora estatal en reemplazo de RCTV, Correa se propone crear otra similar, que supuestamente servirá para llevar al público los debates de la Asamblea Nacional Constituyente, que se elige hoy. De paso, el gobernante pretende clausurar el actual Congreso ecuatoriano, para lo cual carece de atribuciones legales.Bajo el gobierno de Correa, el sector privado, satisfecho del buen pie económico del país, ha observado una actitud que algunos estiman como de indiferencia frente a las amenazas que se ciernen sobre la libertad de expresión a partir de la caducidad de la concesión a Teleamazonas. Igualmente, en el caso venezolano, una mezcla de amenazas a empresarios y de satisfacción de éstos con la prosperidad económica, derivada de los ingresos extraordinarios del petróleo, ha llevado a que círculos partidarios de las libertades democráticas reprochen a dichos empresarios su indiferencia ante la clausura de RCTV y otros menoscabos a la libertad de expresión.Si bien ambos "nuevos socialismos" latinoamericanos dicen ser diferentes de sus similares totalitarios, no cabe duda de que siguen pasos idénticos a éstos para distanciarse de los cánones democráticos, y muestran la misma dificultad de los extintos y actuales socialismos reales para aceptar opiniones disidentes y una plena libertad de expresión.
domingo, 30 de septiembre de 2007
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