sábado, 5 de enero de 2008

La semana internacional

Sábado 05 de Enero de 2008

En el partido Demócrata debe haber sido decepcionante para Hillary Clinton el desenlace de las primarias en Iowa. El senador Barack Obama triunfó venciendo a la poderosa maquinaria electoral de los Clinton y a la buena organización del ex senador John Edwards, ex candidato a la vicepresidencia en la lista de John Kerry, que concentró sus fuerzas en Iowa donde había tenido un lucido desempeño en las últimas primarias.

Más importante aun, el discurso idealista, de esperanza y cambio de Obama, cobró contenido y fuerza, atrayendo a una considerable mayoría, sin distinción de edades, ingreso, sexos ni raza. Arrasó entre las mujeres y en un estado en que la minoría de color es muy reducida. Sus mensajes se contrastaban con la seguridad y garantía de experiencia que transmitía Hillary Clinton, que desde ahora estará obligada a cambiar su táctica de superioridad y a presentar propuestas atrayentes para el grueso del electorado. Suben las posibilidades para que Estados Unidos tenga su primer presidente afroamericano.

Menos claro es la proyección de las primarias republicanas en Iowa. Aunque el ex gobernador de Arkansas y pastor evangélico Mike Huckabee lideró cómodamente sobre el mormón, exitoso empresario y ex gobernador de Massachusetts Mitt Rommney, su nominación está lejos de estar garantizada a nivel nacional.

Huckabee deberá superar su base evangélica y pretende lograrlo con su mensaje en que combina las inquietudes sociales y valóricas conservadoras de la clase media y el populismo de su agenda. Contento por los fracasos de los otros precandidatos republicanos debe estar el senador John Mc Cain, que encabeza los sondeos en New Hampshire y en ascenso en las encuestas nacionales.

El otro candidato republicano relevante, el ex alcalde Rudy Giuliani, al igual que Mc Cain no se hizo presente en Iowa. Ambos están convencidos de que ese estado no tiene más importancia que iniciar las primarias y dar oportunidades a los desconocidos de concitar la atención mediática para las siguientes.

Giuliani ha ido más lejos; su plan es concentrarse en los grandes estados y despreciar a los pequeños como New Hampshire. Pero esa estrategia siempre ha fracasado. El proceso que determina las precandidaturas será en esta oportunidad más breve. El 5 de febrero se habrá elegido el 80 por ciento de los delegados para las dos grandes convenciones partidistas, al celebrarse ese día, simultáneamente, las primarias de Nueva York, Illinois y California, entre otros estados.


Incertidumbre en Pakistán

Tras el asesinato de la dos veces gobernante Benazir Bhutto y máxima dirigente del único partido secular de Pakistán, se desencadenó una generalizada y previsible violencia en ese país, con centenares de muertos y considerables destrucciones materiales.

Inicialmente, el gobierno paquistaní responsabilizó del atentado a Al Qaeda exhibiendo grabaciones que involucraban a sus dirigentes y señalando que esa organización -terrorista e integrista musulmana- era la mayor beneficiaria del crimen y de la desestabilización consiguiente, y enemiga común del gobierno y de la líder opositora.

El rechazo de esas imputaciones por dirigentes talibanes y de Al Qaeda, sumado a vacíos y contradicciones entre los hechos y las versiones oficiales del crimen, han dado pábulo para argumentar la intervención del poderoso servicio secreto paquistaní en el asesinato.

Los acontecimientos obligaron al presidente Musharraf a pedir la cooperación de la policía inglesa para determinar de manera independiente las responsabilidades en la muerte de la ex primera ministra y lo forzaron a postergar, por un mes, las elecciones que deberían celebrarse el próximo martes. Los partidos opositores, opuestos a la postergación, han anunciado finalmente que participarán en los comicios.

El presidente paquistaní atraviesa por momentos difíciles: su reelección se dificulta por el fortalecimiento de la oposición, su autoridad dañada y ascendiente en el ejército debilitado, luego de haber renunciado a la jefatura del mismo para postular a la presidencia. Los observadores no descartan que sus compañeros de armas lo abandonen y, dependiendo de la evolución del panorama, terminen restringiendo las libertades públicas y tomando otras medidas propias de un estado de emergencia.

La situación en Pakistán trasciende a sus fronteras debido a sus repercusiones en la guerra de Afganistán y por tratarse de una potencia nu-clear cuya inestabilidad incide en la seguridad mundial.

Por esas mismas razones, Estados Unidos sigue muy de cerca los acontecimientos y había intervenido en el regreso de Bhutto, negociando con Musharraf, de quien también desconfía en su combate a los talibanes. Muy probablemente los norteamericanos esperaban una transición pacífica a través de un gobierno de coalición con Bhutto y, eventualmente, que ésta sucediera a Musharraf.

La decisión testamentaria de Benazir Bhutto de que sea su marido, desprestigiado por reiteradas acusaciones de corrupción, y, finalmente, su hijo de 19 años, estudiante en Inglaterra, quienes le sucedan en la dirigencia de su partido, favorece al Nawaz Sharif, dirigente de la Liga Musulmana, ex primer ministro, depuesto por los militares en 1999 y que también volvió del exilio para participar en el proceso eleccionario.

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