lunes, 7 de julio de 2008

La reforma previsional contada por sus protagonistas

Domingo 6 de julio de 2008

Durante este año unas 621 mil personas serán beneficiadas:
La reforma previsional contada por sus protagonistas
Acompañamos a dos mujeres que este mes recibieron buenas noticias. Felisa del Carmen Salazar, gracias a la reforma, recibirá por primera vez la pensión que buscó por más de tres años, y Enriqueta Aros, a partir del miércoles recibirá una pensión de $60 mil. Las dos están llenas de planes y saben perfectamente en qué van a gastar la "platita". La ayuda llega en un buen momento, sobre todo para Felisa.



Bernardita Serrano Bascuñán

A partir de este mes, Enriqueta Aros recibe $60 mil de pensión

La primera vez que Enriqueta Aros trabajó, tenía apenas 9 años. Su mamá tuvo que venirse de Limache a Santiago a trabajar, y a ella la dejaron en la casa de una familia a la que conocían. A cambio de un lugar donde vivir, comida y la posibilidad de ir al colegio, se debía hacer cargo de los dos niños de la casa.

Aunque la mayor parte de su vida trabajó, nunca supo que debía tener imposiciones. Nadie le comentó su importancia, ninguno de sus empleadores se lo ofreció, y ella creía que lo estaba haciendo todo bien.

Fue por eso que al cumplir 65 años ella creía que sus opciones de recibir una pensión eran nulas. Pero una de sus tres hijas la ayudó, y la llevó a la Municipalidad de Peñalolén. Después de algunos trámites logró lo que creía imposible, y hace cerca de dos años recibe una pensión por $48 mil. "Ahí sí que estaba contenta, porque la necesitaba. Porque eso de andar pidiendo no me gustaba. Ahora no le pido a nadie. Es mi plata", cuenta.

Pero las cosas volvieron a cambiar para ella el miércoles recién pasado. A la oficina de cobro del BBVA Express de Peñalolén llegó, como siempre, a cobrar su "platita" muy tranquila. Es que hace dos meses sabía que su pensión aumentaría a $60 mil.

Muy sonriente, se acercó a la caja de cobro, y cuando la atendieron se llevó una buena sorpresa: además del aumento, recibió el bono de invierno por $20 mil. Su cara de felicidad lo decía todo: "Ahora me va a alcanzar para pagar otra cosita", comentó, mientras guardaba su plata en la cartera.

El inicio de la reforma sólo trajo buenas noticias para ella. "Éste es un alivio para mi marido y para mí. Ahora puedo ayudar un poco más a comprar, por ejemplo, mercadería, que está tan cara", comentó apenas llegó a su casa.

Felisa del Carmen Salazar esperó tres años para recibir una jubilación

Dos veces a la semana llamaba a la Municipalidad. En cada una de esas llamadas había esperanza, pero la respuesta que recibía era que debía esperar un poco más.

Felisa del Carmen Salazar trabajó desde joven, y aunque algunos de sus empleadores le impusieron por algún tiempo, no fue suficiente. Además, la mayoría del tiempo era su propia jefa. La necesidad de estar en su casa para cuidar a sus 11 hijos sólo le daba tiempo para lavar ropa de sus vecinos o cosas por el estilo. "Trabajé harto para poder ayudar a mi marido para tener la casita que tenemos", cuenta sentada en el living de su casa.

Una vez que cumplió los 65 años comenzó a hacer trámites para obtener una pensión, pero cada vez que un asistente social la visitaba no quedaba seleccionada porque "consideraban que tenía muchas cosas".

Aunque varias veces perdió la esperanza, hace un año volvió a la batalla. La necesidad de apoyar económicamente en su casa era imperiosa. Con los $80 mil que recibe mensualmente su marido de jubilación no les alcanzaba para pagar cuentas y comida, y además financiar los costos de los tratamientos para enfermedades que padece como diabetes e hipertensión. Por lo menos $10 mil mensuales debe gastar para medirse la glucosa diariamente.

Pero a Felisa los cambios en el sistema previsional le dieron la oportunidad que tanto había esperado. El martes recién pasado recibió un llamado desde la Municipalidad de Macul. Al día siguiente tenía que ir a las 9:00 a la oficina del INP a firmar sus papeles y confirmar la entrega a partir de agosto de una pensión por $60 mil mensuales.

El miércoles pasado se levantó a las 7 de la mañana y partió con su marido a recibir las buenas noticias. Estaba nerviosa, y el que la señora que venía antes que ella en la fila no pudiera firmar sus papeles para recibir la pensión la preocupó un poco.

Cuando la atendieron entregó su carnet para que lo verificaran en el sistema. Al salir de la oficina, rápidamente fue a buscar a su marido que la estaba esperando para contarle la buena noticia: "Ya soy una jubilada", le dice. "Yo pensaba que no me iba a resultar. Porque tantos años que he estado en esto y no me resultaba, que yo dije a lo mejor no me va a resultar", cuenta mientras sostiene sus papeles ya firmados.

Y aunque debe esperar hasta agosto para recibir sus primeros $60 mil, ya tiene claro qué va a hacer con su "platita". Lo primero es comenzar a pagar una deuda por $500 mil que tiene con una casa comercial y comprar el repuesto para la máquina que mide la glucosa que le regalaron sus hijos para mantener la diabetes bajo control y que no puede usar hace algunas semanas.

Estoy muy contenta. No me va a alcanzar para todo, pero va a ser una gran ayuda. Ya son $60 mil más que va a haber en la casa

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