LAVÍN Y LONGUEIRA MESA PARTIDISTA / Intenta contener la arremetida por fuera del ex abanderado y el senador.
La directiva evaluó con mayor dureza la nueva expresión del bacheletismo-aliancista, que consistió en respaldar al vocero Vidal, cuyo nombramiento fue criticado por la Alianza. En Suecia entienden que estén buscando perfilarse y disminuir el nivel de rechazo, pero consideran que su acción les quita el piso a la mesa y a la política de colaboración selectiva, y no per se, que ha asumido la Alianza.
PILAR MOLINA ARMAS
Ninguno de los dos fue al consejo nacional de la UDI que se realizó entre el viernes y ayer sábado.
Ambos por separado iban a celebrar sus respectivos aniversarios de matrimonio. Joaquín Lavín no participa desde después de la elección de 2005 en la vida partidaria, y Pablo Longueira anunció hace más de dos meses que se iría con sus siete hijos fuera de Chile a celebrar los 25 años casado con Cecilia Brinkmann.
Una casualidad muy apropiada. Es posible que nunca antes la directiva haya estado tan molesta contra la dupla como esta semana.
Quién iba a decir que el ex candidato presidencial de la UDI y el ex presidente de ese partido, y uno de sus fundadores, se iban a convertir en un mal rato para la mesa de esa organización. Es que hace rato que Joaquín Lavín y el senador Pablo Longueira están corriendo "por la libre". Desde que el primero se declarara, el 8 de octubre, bacheletista-aliancista, asegurando que sería ministro si Bachelet lo incorporaba a su gabinete. Al día siguiente, Longueira lo secundó en todo. Cuatro días después de ese "cruzar las fronteras", como le gusta decir a Lavín, la UDI sacó una declaración para reafirmar el carácter opositor del partido. El ex abanderado quedó a fines de octubre de coordinarse con el partido, para no producir las confusiones que le imputaron provocar con su declarada actitud de colaboración per se.
Pero no lo hizo cuando se mostró dispuesto a llegar a un acuerdo con el Ejecutivo en materia de seguridad ciudadana y tampoco cuando señaló que había que aprobar los fondos para el Transantiago sin una ley especial. Y el lunes, de nuevo junto al senador, sin aviso mediante, partió a visitar al nuevo vocero de Gobierno a La Moneda. Un respaldo no inocuo, porque la Alianza había recibido con abucheos el nombramiento de Francisco Vidal como ministro Secretario General de Gobierno, y la UDI estaba discutiendo si lo "interpelaban" en la Cámara, argumentando que es el paradigma de la intervención electoral desde La Moneda.
La dupla ha propuesto ampliarse a los descolgados de la Concertación y negociar apoyos entregando a Jorge Schaulsohn la alcaldía de Santiago. Pero esta vez parecieron excederse. En la directiva, puertas adentro, había franco malestar. Hace rato que dejaron que Lavín se desmarque, como también lo hizo en 1999 y en 2004, y el partido le da cobertura cuando lo considera conveniente o posible. Mucho más grave fue considerada la acción de Longueira. Piensan que como ex presidente arrastra consigo a la UDI, quitándole el piso a la directiva y temen consecuencias para el partido.
Puertas afuera, Hernán Larraín procura quitarle el percutor a la pareja explosiva: "A nosotros nos conviene que nuestros candidatos (Lavín y Longueira) se posicionen y fortalezcan sus liderazgos, pero sus posturas tienen que ser convergentes y no contradictorias con la de la UDI y la Alianza, porque lo contrario produce confusión".
-¿Lo fue la visita a Vidal?
"Hay señales que confunden, pero en lo fundamental las cosas se han dado bien", argumenta quitándole dramatismo al tema.
Los dardos a ambos
Puertas adentro, en la sede de Suecia, las críticas son más duras. Es que no resulta grato apuntar públicamente contra los amigos. Sobre todo contra Pablo Longueira, pero esta vez les subieron los costos a ambos, si bien los dardos se concentran en Lavín.
Nada es improvisado, han actuado estratégicamente, acusan. Hasta esta semana habría estado la encuesta CEP en terreno y la "pareja dinamita" está tratando de bajar el alto rechazo que tienen, les endilgan. En la última encuesta nacional de junio, Lavín apareció con un rechazo superior a la aprobación (34 contra 32%), lo cual lo habría resuelto a tratar de levantar esa suerte de "veto" a su candidatura, porque se entiende que son personas que jamás votarían por él. Y la oportunidad se le dio cuando el 23 de agosto aceptó la invitación presidencial a integrar el consejo asesor para la equidad. Lo que coronó que iba en buen camino con su propuesta de colaborar con Bachelet y el Gobierno fueron los resultados de la encuesta CERC de fines de octubre. Aunque el líder había desaparecido del anterior sondeo, en ése apareció en el tercer lugar entre los 5 políticos con mayor futuro, después de Sebastián Piñera y 5 puntos bajo Soledad Alvear.
Refrendado, siguió jugándosela por apoyar al Gobierno. La última vez, cuando dos viernes atrás atajó la andanada de la Alianza contra Vidal, convirtiéndose en su defensor público.
Pero no es un tema tema de encuestas, se defiende Lavín ante sus cercanos. Asegura que lo que efectivamente lo moviliza es que él cree que en Chile necesariamente hay que pasar a una política de unidad nacional para enfrentar los problemas y él se la juega por eso, como antes promovió que los políticos bajaran de la academia y la ideología a los problemas concretos de la gente.
El ex alcalde de Santiago vio que la política de cooperación que había operado en educación y seguridad ciudadana, donde las dos coaliciones llegaron a un acuerdo, se había interrumpido con la negación de las platas para el Transantiago, las críticas a Bachelet en Enade y las descalificaciones a Vidal. Y lo que intentó, aseguró en su entorno, fue reponer el clima de diálogo.
El perjuicio invocado
En la Alianza la mirada es otra: En RN lo ven como una devuelta de mano a Piñera. Es él quien queda a la derecha cuando Lavín le ofrece toda su colaboración al Gobierno, parecido al juego del candidato de RN en 2005.
Y dos, creen que va a disminuir el nivel de rechazo, pero como esto ocurre entre los votantes de la Concertación, no aumentará su nivel de adhesión. Ergo, no logrará romper la ventaja que le lleva Piñera.
En la UDI, a su vez, temen que este desmarque de la oposición termine beneficiando a sus socios de RN. Lo explica la senadora Evelyn Matthei: "Como todavía no tenemos encuestas concluyentes, la aprensión es que Lavín y Longueira producen un fuerte rechazo en sectores del ABC1, de gente que vota por la Alianza y que son muy importantes para definir quién sale electo concejal, diputado o senador".
En fácil, RN podría quitarles votos duros en las próximas elecciones e impedir que se reelijan sus candidatos. Algunos, acusan, hasta optarían por Piñera en un nuevo enfrentamiento, porque lo ven más consistente y menos "lauchero" a la espera de un gol, acusan.
Junto a Jovino Novoa, la senadora ha sido la más crítica de la dupla, sosteniendo que sus acciones "crean problemas de credibilidad en un partido donde esa era nuestra característica".
No sólo cree que Lavín se ha farreado la estatura de Presidente con estas incursiones mediáticas desde sus tiempos de alcalde, sino que también piensa que su amigo Pablo, por quien ella se fue a la UDI, dice, está actuando mal, dolido por la serie de sinsabores que ha vivido (le criticaron el acuerdo con Lagos, tuvo la incomprensión de muchos en el caso Spiniak, no lo quiso proclamar candidato su partido en mayo). "Lo que Pablo no puede olvidar es que cuando él era presidente, tomaba las decisiones sin consultar mucho y exigía el respaldo total a la mesa".
La apología del ex alcalde
Lavín no cree estar perjudicando a la UDI. Por el contrario. Ha justificado su actitud asegurando que suma adherentes a la Alianza y cita la última encuesta de Adimark de noviembre que reveló que por primera vez hay mayor identificación con la Alianza (20%) que con la Concertación (18%), aún cuando la de ambos bloques es muy baja.
Entiende, sin embargo, que esté conflictuando a la UDI su actitud, si bien la visita a Vidal no fue más que una nueva expresión de su definición bacheletista-aliancista.
Cree, igual que Longueira, que lo que en verdad perjudica a la UDI es aparecer como el hermano chico de RN y no tener candidato compitiendo contra Piñera. Y en ese sentido siente que su expresión de autonomía puede incluso aumentarle el valor frente a RN, obligándolo a tomar en cuenta a la UDI.
Al ex abanderado le critican, desde Hernán Larraín para abajo, que con tanto ruido impide que surja otro candidato, a pesar de que es posible que no quiera nunca asumir ese rol, si arriesga una tercera derrota presidencial.
El ex alcalde niega ser un obstáculo para que surja una alternativa y confirma que si no remonta la ventaja que le lleva Piñera por delante, no será candidato, pero igual perseverará en el bacheletismo-aliancista, compromete.
Se frenaría, en cambio, ha dicho, si tiene la evidencia de que su actitud perjudica a la UDI -lo que hasta ahora es una opinión- o mina las posibilidades reales de la Alianza de reemplazar en el poder a la Concertación.
La inquietud sobre la evaluación y los votos
Intranquiliza que la pareja logre disminuir el rechazo, pero entre los oficialistas que no votan por la Alianza.
Dan por hecho que la dupla Lavín-Longueira apunta a mejorar su evaluación negativa. Pero la duda es si no lo lograrán entre los que no cambian su voto, porque siempre votan Concertación.
Se recuerda el ejemplo de Andrés Allamand, que aparecía primero en las encuestas, pero salió cuarto cuando compitió contra Carlos Bombal como senador por Santiago.
Pablo Longueira lo refuta, convencido de que el fenómeno Lavín es diferente. "Él no busca ganar el centro político ofreciendo reformas políticas, como lo hacía Allamand, sino que resolviendo los problemas de la gente, lo cual sí cala en el mundo popular".
La encuesta CEP, que siempre está en terreno entre fines de noviembre y principios de diciembre, podrá revelar si el bacheletismo-aliancista de Lavín y Longueira produce algún efecto en términos de mejorarles su evaluación positiva y disminuir la negativa. Pero como no mide intención de voto, continuará la incógnita de si tiene algún rebote electoral.
¿Por qué está de comparsa Longueira?
Criticando a la actual directiva, el senador impone de facto la candidatura presidencial de Lavín. Larraín dice que no están atrasados y que el turno presidencial será de la UDI, no de RN.
Es quien le da sustento a Lavín, "porque si no la derecha tradicional lo derriba, si ni siquiera querían algunos que asumiera en el consejo para la equidad, porque quieren verlo duro", dice Pablo Longueira. Pero él está convencido de que el ex abanderado presidencial suma: "Es el rostro amable de la Alianza, que es lo que no hace el desalojo (de Andrés Allamand) y es la mejor opción presidencial de la Alianza hoy".
¿Por qué acompañó a Lavín a darle un espaldarazo a Vidal, en medio de las críticas de la Alianza a su nombramiento de vocero?
"Porque creo fundamental que Lavín mantenga su perfil de buscar acuerdos, que es lo que premian las encuestas y lo que le está permitiendo acortar distancia con Piñera. Además, si no lo hubiésemos visitado nosotros, lo habría hecho Piñera. El lunes Vidal nos contó que ya lo había llamado".
Longueira no lo sigue en todo, porque mientras Lavín pedía entregarle los fondos al Transantiago, el senador lideró la postura más dura que ha tenido la Alianza en el último tiempo y con éxito. Le fueron denegados los recursos al Gobierno.
Pero el senador UDI plantea una fuerte crítica en contra de la directiva de su partido acusándola de "no estar haciendo nada para cambiar el panorama político y levantar un candidato presidencial. Sólo espera... No podrá levantar una alternativa seria en abril de 2009, como pretende, y el partido va a terminar entregándose a RN y sin ninguna negociación, porque no va a tener nada en la caja para negociar".
Por eso él mantiene viva la candidatura de Lavín de facto y en forma inconsulta con esa directiva que tampoco quiso proclamarlo oficialmente a él candidato en mayo.
El presidente de la UDI, Hernán Larraín, rechaza que estén tarde para definir candidato y reivindica el derecho de su partido a designar el abanderado para el sector: "Sin la construcción de la Alianza, que es en lo que estamos ahora, dándole unidad y gobernabilidad, no existe ninguna posibilidad de ganar una elección. No estamos tarde y esta vez el turno presidencial es de la UDI porque en 2005 fue de RN. Estuvimos todos detrás de Sebastián Piñera en la segunda vuelta".
domingo, 16 de diciembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario