


Miércoles 20 de febrero de 2008
Tras la salida de Castro
El gobierno isleño podría tener un panorama más favorable, dependiendo de quién gane en las elecciones presidenciales estadounidenses este año.
SEBASTIÁN RIVAS y GONZALO VEGA
"Transición". Ése fue el concepto más ocupado por el Mandatario de Estados Unidos, George W. Bush, cuando se le preguntó ayer su reacción ante la no repostulación de Fidel Castro como Presidente de Cuba.
En medio de una visita de Estado a Kenia, en África, Bush señaló que la renuncia debía ser "el comienzo de una transición democrática para el gobierno de Cuba", y pidió la liberación de los presos políticos de la isla.
Sin embargo, el Presidente estadounidense no se pronunció sobre uno de los temas centrales sobre la relación de su país con Cuba: el embargo económico que mantiene hacia la isla desde 1962, y que fue endurecido en 1996 tras la aprobación de la ley Helms-Burton, que en uno de sus puntos incluye que la medida no se levantará mientras haya un Castro en el poder (como podría ser en caso de que asumiera Raúl).
Quien sí se manifestó, desde Washington, fue el "número dos" del Departamento de Estado, John Negroponte, el que descartó de plano que la Administración Bush pudiera hacer un gesto al nuevo gobierno post-Fidel aliviando el embargo. "No creo que eso ocurra en el futuro inmediato", fue su escueta y tajante declaración, según citó AP.
Y es que el Mandatario se ha caracterizado por su dureza hacia Cuba, lo que desecha casi cualquier posibilidad de diálogo: "No habrá variación sustancial en las relaciones EE.UU.-Cuba durante el período restante del Presidente Bush. La Administración ha descartado un cambio de política hacia Cuba repetidas veces", afirma a "El Mercurio" Peter DeShazo, ex secretario de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental en el primer mandato de Bush y director del programa para las Américas del Center for Strategic and International Studies.
Pero al Presidente sólo le queda un año de ejercicio, y las señales apuntan a que sus sucesores podrían reconsiderar el punto. "Hay un compás de espera para ver quién es el elegido en los comicios de noviembre. Los demócratas tienen una posición más abierta que el candidato republicano, John McCain. Por eso, es más importante el cambio que va a haber en Estados Unidos que el de Cuba", dice Carmelo Mesa-Lago, experto de la Universidad de Pittsburg.
Además, el tema promete quedarse por un buen tiempo en la palestra, puesto que en las últimas elecciones presidenciales Florida, hogar de una gran colectividad de cubano-americanos anticastristas, ha sido un estado clave para decidir el ganador. "Será definitivamente un gran tema debido a la importancia de Florida", asevera Don Eriksson, experto sobre Cuba de la organización Diálogo Interamericano.
Moisés Naím, director de la revista "Foreign Policy", explica que el levantamiento parcial del embargo puede ocurrir en una eventual presidencia de Obama o Hillary, pero que no será un tema que estén dispuestos a discutir en la campaña por la "fuga de votos" que propicia: "En las elecciones es muy arriesgado para cualquier candidato decir que van a levantar el embargo, además para eso hace falta una decisión del Congreso", sentencia.
Otro factor a considerar será la actitud del sucesor de Fidel con la superpotencia. Al menos Raúl Castro ya expresó en 2006 que le gustaría dialogar con EE.UU., aunque luego fue reprendido por su hermano en una columna. ¿Qué ocurrirá ahora? Más que nunca, es cuestión de tiempo.
Candidatos a la Casa Blanca dan su opinión
Los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos coincidieron ayer en la importancia histórica de la renuncia de Fidel, aunque con matices entre ellos, y se abstuvieron de dar mayores detalles sobre sus eventuales políticas hacia la isla.
El favorito republicano, John McCain, afirmó que "debemos presionar al Gobierno cubano para que libere a todos los prisioneros políticos y ponga fecha a elecciones observadas por la comunidad internacional".
En tanto, la precandidata demócrata Hillary Clinton opinó que "Estados Unidos debe llevar adelante una política activa para impulsar la causa de la libertad, la democracia y la oportunidad en Cuba".
Pero el único que hizo una mención directa al tema del embargo económico contra la isla fue Barack Obama, quien declaró que "si los dirigentes cubanos comienzan un cambio significativo, Estados Unidos debe prepararse para empezar a dar pasos para normalizar las relaciones y flexibilizar el embargo de los últimos 50 años", citó AFP.
"Nosotros hemos hecho una revolución; una revolución socialista bajo las mismas narices de los EE.UU."
Fidel Castro
16 de abril 1961
"Que no se preocupen los vecinitos del norte (Estados Unidos), que no pretendo ejercer mi cargo hasta los 100 años".
Fidel Castro
26 de julio 2006
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