domingo, 13 de abril de 2008

Las acciones Cortázar van en alza



Domingo 13 de abril de 2008

Cómo se transformó en hombre clave de la Presidenta Bachelet:
Las acciones Cortázar van en alza
Venía de un mundo resistido por el bacheletismo, y había sido "ninguneado" por el círculo de Lagos, pero terminó siendo un consejero político de peso de la Presidenta. Su única ambición política es resolver Transantiago. Una mochila nada de sencilla: Cortázar está consciente de que la curva de popularidad de Bachelet está condicionada a la evaluación ciudadana del sistema de transporte público.



Pamela Aravena y Andrea Sierra

"Ya que no tiene mucho trabajo en Transportes, ¿por qué no asume Educación en caso de que perdamos en la Cámara?", oyó René Cortázar al otro lado de la línea, en la mañana del jueves 3 de abril.

Quien le hablaba era la Presidenta Bachelet. Con esta oferta, en tono de broma, se confirmaba lo que hasta entonces era un secreto a voces: Cortázar se había convertido en uno de los hombres con mayor influencia dentro del gabinete. Y la muestra estaba clara: sería biministro.

En poco más de un año, Cortázar logró lo que pocos: ganarse la confianza y el respeto de la Presidenta, e incluso llegar a formar parte del exclusivo staff de "orejeros" de la mandataria. Y más.

Llegó sólo por conocimientos técnicos, y terminó siendo un consejero político de peso, al punto de que asesoró a la Presidenta en la defensa por la acusación constitucional contra Yasna Provoste, en la salida de Belisario Velasco del gabinete e, incluso, en temas de política monetaria, cuentan fuentes de gobierno que conocieron las conversaciones.

Bachelet confía: Cortázar no tiene agenda política propia

Cortázar entró al Gobierno de Bachelet enfrentando varias resistencias: provenía de un mundo ajeno al bacheletismo -católico practicante, liberal en lo económico, de sólidos vínculos con la derecha y el mundo empresarial- y en su currículo pesaba el haberse enfrentado nada menos que al ex Presidente Ricardo Lagos.

De hecho, el comando laguista lo acusó de perjudicar su campaña presidencial en 1999 cuando, siendo director ejecutivo de TVN, ordenó cronometrar y dar el mismo tiempo al candidato concertacionista y a Joaquín Lavín en las noticias del canal estatal. El final fue claro: apenas Lagos llegó al poder, se encargó de que Cortázar saliera del canal.

Permaneció excluido de los gobiernos concertacionistas, hasta que se convirtió en el gran candidato para resolver el mayor de sus desastres: Transantiago.

A diferencia de otros nombres, Cortázar conocía muy poco a la Presidenta. En plena campaña presidencial la había acompañado a un puerta a puerta en la comuna de La Reina, pero sólo intercambiaron pocas palabras. De hecho, la primera vez que hablaron fue a fines de marzo del año pasado, cuando ella lo llamó para tantearlo como posible ministro de Transportes.

De eso ya pasó tiempo, y hoy René Cortázar se reúne sagradamente cada semana con la doctora socialista. Casi una hora dura la conversación, donde se detallan los avances del Transantiago y otras materias de la cartera, pero luego se discuten temas de contingencia política.

Esas reuniones han servido a la Presidenta para estrechar lazos con su ministro, los que se reforzaron cuando descubrió en él una característica invaluable: Cortázar no tiene agenda política propia. Al menos en apariencia.

En su horizonte próximo no figura ninguna candidatura. No le interesan ni las alcaldías ni tampoco los sillones parlamentarios que muchos otros ministros sí ansían. Menos tiene ambiciones presidenciales. "Hasta los 8 años de edad se empeñaba en hacer discursos arriba de una silla. En su casa le decían que iba a ser obispo o Presidente. Pero ahora no está en sus planes. Tiene realismo político y sabe que su popularidad casi no existe en regiones, mientras en Santiago todavía se le asocia con el atribulado Transantiago", explican en su círculo.

La falta de ambiciones políticas propias del ministro le sirvió finalmente para ser el elegido para Educación. "Bachelet sabía que no se iba a hiperventilar, que no se iba a arrancar con los tarros ni iba a aprovechar su nueva posición en su beneficio", se afirma en Palacio.

Punto a favor de Bachelet. Cortázar ha mantenido un bajo perfil en su nueva y transitoria cartera. Fue al Mineduc sólo un par de veces esta semana para seguir los temas más urgentes a través de tres a cuatro conversaciones telefónicas diarias con el subsecretario del ramo, Cristián Martínez: la Ley General de Educación; aparte de otros temas de gestión, como los pases escolares, los fondos regionales y los avances del trabajo de los auditores, han sido su prioridad.

Sus proyectos más urgentes: platas del Transantiago y la TV digital

Cortázar tiene decidido acompañar hasta el final a Bachelet. Por eso, sus ambiciones tienen que ver, justamente, con los proyectos de su cartera.

Centrará sus esfuerzos en aprobar una ley de financiamiento de largo plazo para el transporte público, que enviará a fines de abril. Aquí deberá ser capaz de coquetear y utilizar sus lazos con la oposición para conseguir los recursos que ya le han sido negados.

También estará concentrado en consensuar la norma de la televisión digital. Se ha tomado un año en definir su propuesta, la que entregará antes del 10 de mayo. Su desafío será convencer al Gobierno en su conjunto para que acepte su opción.

En el ámbito netamente político, el ministro es un convencido de los beneficios de la política de los acuerdos, por lo que ante la pérdida de mayoría en el Congreso, sabe que puede transformarse en un puente sólido con la oposición.

Por otro lado, no desconoce la gran mochila que tiene a sus espaldas. Sabe que la curva de popularidad de la Presidenta Bachelet está condicionada a la evaluación ciudadana del Transantiago. "Basta ver cómo se relacionan ambos ítems en las encuestas de Adimark. De alguna forma, se puede decir que el ministro está a cargo de la imagen del Gobierno", afirma una persona cercana.

En La Moneda, el panorama no es muy distinto. Se da por hecho que Cortázar va a ayudar a Bachelet a crecer en popularidad. "Ella siente que Cortázar va a resolver el tema del transporte público y que con eso va a terminar salvándola", afirman.

Sin que ninguno de los dos se lo imaginara, el ministro se transformó en pilar del Gobierno. Su eficiente gestión y su escasa ambición política personal han conseguido que su capital político crezca como la espuma. Habrá que ver cómo lo usa.

Hoy, René Cortázar se reúne sagradamente cada semana con la Presidenta. Casi una hora dura la conversación, en la que se detallan los avances del Transantiago y otras materias de la cartera, pero luego se discuten temas de contingencia política.

Llegó sólo por conocimientos técnicos y terminó siendo un consejero político de peso, al punto de que asesoró a la Presidenta en la defensa por la acusación constitucional contra Yasna Provoste, en la salida de Belisario Velasco del gabinete e, incluso, en temas de política monetaria, cuentan fuentes de Gobierno que conocieron las conversaciones.

En La Moneda se cree que Cortázar va a ayudar a Bachelet a crecer en popularidad. "Ella siente que él va a resolver el tema del transporte público y que con eso va a terminar salvándola".

Más allá de Cieplan:

Sus vínculos en el gabinete

Si bien Cortázar tiene lazos de amistad con varios miembros del gabinete, no suele almorzar ni comer con ninguno de ellos. Habla mucho por teléfono y con algunos se reúne en sus oficinas.

Alejandro Foxley:

Vinculados ambos a la Corporación de Estudios para América Latina, Cieplan, se conocen desde hace más de 30 años. Hoy, sin embargo, tienen pequeñas diferencias en materia económica.

José Antonio Viera-Gallo:

Se conocen desde hace décadas. Participaron en trabajos conjuntos entre Flacso y Cieplan. Además, fueron apoderados del mismo curso del Saint George, donde sus hijas fueron compañeras. Cada vez que visita La Moneda, Cortázar se reúne con el Secretario General de Gobierno.

Edmundo Pérez Yoma:

Otro de los ministros con los que suele conversar Cortázar. Sus vínculos se consolidaron por su militancia política.

Sergio Bitar:

Con el titular de Obras Públicas tiene buen "feeling". Con él compartió tareas en la Fundación Paz Ciudadana.

Andrés Velasco:

Aunque son de generaciones distintas, en el Gabinete han mantenido sintonía, pues comparten una misma visión económica. Se conocieron en Cieplan

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